26 de diciembre de 2007

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Little Miss Sunshine

Un viaje por el que todos pasamos alguna vez, aunque no necesariamente con el sustento de un viaje físico, son las situaciones familiares que se plantean en la película Little Miss Sunshine. Una trama llena de sutilezas que despiertan sensaciones de todo tipo en el espectador. Extrañeza y empatía, diversión y angustia. Una familia de locos, pensarán algunos, pero ¿quién no se encontró alguna vez en una escena familiar digna de una película de Almodóvar? En esta película, en que los locos y los cuerdos se confunden y entremezclan, el viaje que une a los protagonistas es también un periplo personal de cada uno hasta un estado diferente al que tenían al comienzo.
Un aspecto que en mi análisis se repite en todas las situaciones por las que atraviesa la película es el tema de las obligaciones; el lugar al que cada personaje, por convención, le toca ocupar en su familia, y de qué forma cada uno elige llenar su lugar. Es el caso de Dwayne, el adolescente que reniega del mundo y prometió no hablar una palabra hasta conseguir entrar a la academia de pilotos. Este personaje, que desde su cómoda y aceptada posición de odio a su familia, aparentemente no necesitaría cumplir ninguna expectativa ni atenerse a necesidades ajenas, tiene su momento débil cuando accede al viaje con su familia por el sueño de su hermana de convertirse en la ganadora de un concurso de belleza infantil. Lo afloja su obligación como hermano mayor de la tan tierna y tan poco culpable de sus angustias, Olive. Su madre, Sheryl, quien esquiva sin culpas sus responsabilidades como ama de casa, pero se hace cargo de su hermano Frank, quien luego de un intento de suicidio, no puede vivir sin una persona que lo vigile.
Estas son sólo algunas de las obligaciones que existen en esta, y todas las familias. Familias que son unidas por un viaje, pero a la vez confrontadas. Con sus reglas y convicciones absurdas que se imponen para tener algo de qué sostenerse. Con distintas generaciones que no se entienden entre sí. Y en medio del temor, la angustia, los problemas, las peleas y todo lo que generalmente se padece dentro de las familias, aparece la alegría, la ternura, el sol, la pequeña miss sunshine, que en esta película es Olive, gran artífice conciliadora de los viajes de familia Hoover.

Paula May

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