27 de septiembre de 2007

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Tránsamerica es una película de Duncan Tucker que mezcla comedia con drama en un film con fuerte argumento y con un viaje intenso que cambiará la historia de los personajes.
Bree, la protagonista, es una transexual oriunda de Los Ángeles que trabaja para juntar dinero y poder operarse, convirtiéndose definitivamente en mujer. A días de su operación, recibe una llamada telefónica de la policía de Nueva York preguntando por el padre de Toby, un adolescente encarcelado por tráfico de drogas. Bree descubre consternada que de una esporádica relación heterosexual que mantuvo durante su vida como hombre había nacido un hijo. Instintivamente, desea ignorar ese descubrimiento y centrarse en la operación, pero su terapeuta le informa que le aprobará el perfil psicológico sólo si se enfrenta a esa situación. Esa operación unirá su cuerpo con su identidad sexual, concluirá con un duro proceso de transformación, por lo tanto, la protagonista decide ir en busca de ese hijo e iniciar un viaje de regreso a su casa con él.
Cuando llega a Nueva York para retirar a su hijo de la cárcel, Bree se hace pasar por una asistente católica que desea ayudarlo y le oculta a Toby que “ella” es su padre. En esa situación inicia el viaje de regreso a Los Ángeles, que deparará muchas sorpresas. Toda la película se centra en aquel desplazamiento en auto, en las paradas para descansar, para comer y para conocerse un poco más. Es una travesía llena de situaciones que hace descubrir las falencias y errores de decisiones tomadas que no pueden ser cambiadas. Les hace descubrir a los protagonistas que son inseparables, y que a pesar de las diferencias y las heridas pueden formar una familia.
La motivación del viaje en un principio era la de concluir con un extenso proceso de transformación, de aceptación, de identidad. Con el correr de la marcha, la
protagonista descubre nuevas cosas, nuevas situaciones, nuevas preguntas, y respuestas que le hacen plantearse de qué se trata la vida, cómo es ser padre. Descubre a través de quien es su hijo, cómo la sociedad en su conjunto vé a los transexuales, cómo los prejuzgan o les temen. Le sirve para convencerse a pesar de todo que quiere ser una mujer, por sobre todas las cosas, y a partir de ahí comenzar a escribir su propio viaje por el camino de la vida.
El viaje para Toby, el hijo (que durante mucho tiempo desconoce que es), es un sinfín de aprendizajes, de aventuras, de dudas y preguntas y porqué no de un cierto cariño guardado en su ser. Se muestra como un simple adolescente rebelde, adicto a las drogas y a los problemas, pero a medida que recorre kilómetros acompañado de su padre aprende que la vida puede ser mejor, que tiene cosas más valiosas e interesantes.
Este viaje sirve para reír, para llorar, para pensar y conocer personajes más reales de una realidad que en la mayoría de las películas esta un poco disfrazada.
Con el viaje se construye una nueva historia, bastante diferente y similar al mismo tiempo que la del inicio. Los personajes cambian, los espectadores cambian, las ideas cambian, el narrador cambia. Se abren nuevas situaciones, planteos, aprendizajes y se cierran viejos rencores, prejuicios y miedos.
El viaje en la película permite también dilucidar otro, en un sentido metafórico…el viaje al que se somete un transexual. Es una persona en transito hacia una identidad de género distinta de la biológica con que nacieron. Los transexuales completan su arduo y complejo camino cuando dejan de tener conflictos entre su mente y su cuerpo, cuando se asumen plenamenente como mujeres o varones, esta idea se desprende del viaje que le da motor a la historia de esta película.

Josefina Fenoglio

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